En Connecticut, un condominio tenía niveles de plomo en el agua potable de más del doble de lo que el gobierno federal considera aceptable. En una iglesia de North Carolina, el agua estaba contaminada con niveles extremadamente altos de sustancias químicas PFAS potencialmente tóxicas. El agua que llegaba a una casa de Texas contenía ambas cosas y también cantidades alarmantes de arsénico.

Los tres se encontraban entre los lugares en los que se analizó el agua como parte de una investigación de nueve meses realizada por Consumer Reports y la organización de noticias estadounidense The Guardian sobre el agua potable del país. 

Desde la aprobación de la ley Clean Water Act (ley de agua limpia) en 1972, el acceso al agua potable para todos los estadounidenses ha sido un objetivo claro del gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, millones de personas siguen enfrentándose a graves problemas de calidad del agua  debido a la contaminación, el deterioro de la infraestructura y el tratamiento inadecuado en las plantas de agua.

CR y The Guardian seleccionaron a 120 personas de todo Estados Unidos, de entre un grupo de más de 6,000 voluntarios, para realizar pruebas de arsénico, plomo, PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) y otros contaminantes. Las muestras procedían de sistemas de agua que, en conjunto, dan servicio a más de 19 millones de personas. 

El estudio tiene algunas limitaciones: La calidad del agua, en un solo lugar y en un solo día, no refleja necesariamente la calidad del agua suministrada por todo un sistema o en otros períodos. Pero el ambicioso proyecto, con sistemas de agua comunitarios elegidos por los estadistas de CR entre una mezcla representativa de sistemas de todo el país, ofrece una visión única de algunos de los retos más importantes de la actual crisis de agua potable en los Estados Unidos.

Los desafíos no provienen de un problema tecnológico. Los sistemas de filtración pueden limpiar el agua de contaminantes. Sin embargo, los sistemas de abastecimiento de agua comunitarios no los utilizan de manera uniforme.

De hecho, casi todas las muestras que se analizaron tenían niveles medibles de PFAS, un grupo de compuestos que se encuentra en cientos de productos domésticos. Estas sustancias químicas están relacionadas con retrasos en el aprendizaje de los niños, cáncer y otros problemas de salud. Más del 35 % superaba un umbral de seguridad que los científicos de CR y otros expertos en salud consideran que debería ser el máximo. 

Sin embargo, muchos consumidores nunca han oído hablar de las PFAS. 

Hung Ng, residente de Florida, Nueva York, afirma que lleva mucho tiempo utilizando filtros de agua caseros, en parte para eliminar el plomo. Pero este hombre de 69 años dice que no sabía nada sobre las PFAS hasta que hizo analizar su agua como parte de esta investigación, la cual encontró niveles comparativamente altos de esas sustancias químicas en el agua. 

"Ahora tengo que encontrar algo para filtrar las PFAS", dice Ng.

Las pruebas de CR también revelaron otros problemas. Alrededor del 8% de las muestras tenía niveles de arsénico (que llega al agua potable a través de depósitos naturales o de la contaminación industrial o agrícola), superiores al máximo recomendado por CR para el agua potable. Y casi todas las muestras tenían cantidades medibles de plomo, un metal pesado que se filtra por la corrosión de las tuberías de agua y las instalaciones de fontanería de los hogares. El plomo es peligroso a cualquier nivel.

En respuesta a los hallazgos de CR, el portavoz de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA por sus siglas en inglés), Andrea Drinkard, dice que el 93% de la población que se abastece a través de sistemas de agua comunitarios recibe agua que cumple "todas las normas basadas en la salud en todo momento" y que la agencia ha establecido normas para más de 90 contaminantes. Eso incluye el arsénico y el plomo, pero no incluye las PFAS. 

La crisis del agua en los Estados Unidos, aunque generalizada, afecta a algunas comunidades más que a otras, según un análisis de más de 140,000 sistemas públicos de agua publicado por The Guardian en febrero. Se encontró que el acceso al agua potable es muy desigual en los Estados Unidos, y que los sistemas de agua que prestan servicio en los condados más pobres y rurales tienen muchas más probabilidades de cometer violaciones que los que suministran agua a los más ricos o urbanos. Según The Guardian, los sistemas de agua de los condados con una gran población latina son más propensos a cometer violaciones.

PFAS

El problema de los “químicos permanentes" 

Los resultados de las pruebas de las PFAS de CR son particularmente alarmantes. 

Los fabricantes utilizan las PFAS para fabricar telas y alfombras resistentes a las manchas, ropa repelente al agua, utensilios de cocina antiadherentes y otros cientos de productos comunes. Los compuestos pueden filtrarse en el agua desde las fábricas, basureros y otras fuentes. Y como no se descomponen fácilmente en el medio ambiente, a menudo se les llama "químicos permanentes".

La investigación sobre los efectos en la salud por la exposición a las PFAS está en curso, pero algunas de las pruebas más sólidas sobre sus riesgos potenciales provienen de la investigación de unas 69,000 personas en Parkersburg, W. VA y sus alrededores. La investigación (parte de un acuerdo entre DuPont, que fabrica algunas PFAS, y los residentes de la comunidad) fue representada en la película “Dark Waters” (Aguas Oscuras) de 2019. 

Se encontró una "relación probable" entre la exposición a un tipo de PFAS y seis problemas de salud: colesterol alto, colitis ulcerosa, enfermedad tiroidea, hipertensión inducida por el embarazo y cáncer testicular y renal. La investigación también ha relacionado algunas PFAS con retrasos en el aprendizaje de los niños.

La mayoría de los estadounidenses tienen rastros de PFAS en la sangre, según investigaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Y al menos 2,337 comunidades en 49 estados tienen agua potable que se sabe está contaminada con PFAS, según un análisis realizado en enero por el Environmental Working Group (EWG), una organización de defensa del medio ambiente.

Los resultados de las pruebas de CR confirman la presencia de las sustancias químicas: Encontramos PFAS en 117 de las 120 muestras que analizamos, procedentes de lugares en todo el país. 

A pesar de las crecientes pruebas de la contaminación generalizada y los riesgos para la salud, la EPA aún no ha establecido un límite legal obligatorio para las PFAS en el agua potable. En cambio, solo ha establecido límites voluntarios, que se aplican solo a dos de los "químicos permanentes” más estudiados: el PFOA, o ácido perfluorooctanoico (PFOA) y el ácido perfluorooctanesulfónico (PFOS), a 70 ppt (partes por trillón por sus siglas en inglés) combinados. (Para darte una idea, 1 ppt es el equivalente a un grano de arena en una piscina olímpica, según algunas estimaciones). 

Muchos expertos en salud pública piensan que esos niveles son demasiado altos. Un profesor de salud ambiental de Harvard, Philippe Grandjean, ha sugerido que el límite debe ser de solo 1 ppt para el PFOA y el PFOS, citando su investigación de 2013, parcialmente financiada por la EPA, que muestra una menor respuesta a las vacunas en los niños expuestos a esas sustancias químicas. El EWG apoya ese umbral para el total de PFAS, señalando el trabajo de Grandjean, al igual que otras investigaciones que relacionan a las PFAS con problemas de salud en roedores. 

El director científico de CR, James Dickerson, está de acuerdo en que cuando se trata de PFAS, "cuanto más bajo el nivel mejor". Los científicos de CR dicen que la cantidad máxima permitida debería ser de 5 ppt para una sola sustancia química PFAS y 10 ppt para dos o más. Eso concuerda con las normas para el agua embotellada que un grupo del sector, la International Bottled Water Association, hace cumplir a sus miembros.

Entre las 120 muestras que se analizaron, más de un tercio tenía niveles de PFAS superiores a 10 ppt, y más de una cuarta parte superaba los 5 ppt para una sola sustancia química PFAS.

Dos muestras tenían niveles de PFAS superiores al nivel recomendado a nivel federal de 70 ppt, y la cantidad más alta, 80.2 ppt, provenía de una muestra que Jim Vaughn, un vendedor jubilado de equipos eléctricos de 76 años recogió en su iglesia en Pittsboro, NC.

Vaughn no estaba particularmente sorprendido, dice. Lugares como Pittsboro, una comunidad de unos 6,700 habitantes situada en la periferia del Triángulo de investigación de North Carolina, que cuenta con tres universidades y está repleta de empresas industriales y de alta tecnología, están acostumbrados a estar "abandonados", dice. 

"Es esa pequeña sensación de impotencia. ¿Habrá algo que la ciudad haga al respecto? ¿O lo dejaremos pasar?”

De hecho, los residentes de Pittsboro tienen razones para preocuparse, más allá de los resultados de las pruebas de CR. En 2007, un estudio de la EPA encontró contaminación por PFAS en la cuenca del río Cape Fear, una de las principales fuentes de agua potable para la mitad de la zona este de North Carolina. Algunos de los niveles más altos provenían del río Haw en el extremo norte de la cuenca, de donde Pittsboro obtiene su agua. 

Una investigación en curso de la Universidad de Duke, en la cercana ciudad de Durham, también ha despertado preocupación. Se encontró que los niveles de PFAS en la sangre de 49 residentes de Pittsboro son de dos a cuatro veces superiores a los de la población general en los Estados Unidos. La doctora Heather Stapleton, investigadora principal del proyecto, afirma que los resultados de las pruebas de Vaughn coinciden con las conclusiones de su equipo. 

El equipo de Stapleton encontró una sorprendente similitud entre los niveles de PFAS en la sangre de los residentes de Pittsboro y los residentes de las ciudades de Wilmington y Fayetteville, aguas abajo de Pittsboro, lo que hace temer que el agua potable de esas comunidades también pueda estar contaminada con PFAS, dice. 

"Si se piensa en el número de comunidades que podrían verse afectadas, se trata de cerca de un millón de personas; es decir, el 10% de la población de North Carolina", dice.

Chris Kennedy, administrador de la ciudad de Pittsboro, dice que la ciudad no era una fuente de PFAS, sino que se estaba "trabajando diligentemente para eliminar las PFAS de nuestro suministro de agua potable". Agrega que la ciudad está instalando filtros en la planta de tratamiento de agua para eliminar al menos el 90% de PFAS para finales de 2021 y está tomando medidas "para reducir la contaminación en el río Haw, lo que proporcionará los mejores resultados a largo plazo".

ARSÉNICO

A más de 1,200 millas de distancia de Pittsboro, Sandy y Scott Phillips se sentaron alrededor de la mesa de su cocina en Texas un día de febrero para reflexionar sobre los resultados de los análisis de sus muestras de agua. 

El año pasado, en busca de algo más pequeño, decidieron construir la casa de sus sueños en un nuevo desarrollo urbano en Round Rock, 20 millas al norte de Austin. Sandy Phillips disfrutó especialmente eligiendo todo, desde los pisos hasta los gabinetes de la cocina.

"Pagamos un poco más por los gabinetes blancos porque me encanta su aspecto limpio", dice. 

Lo que la pareja no pudo elegir fue su proveedor de agua potable. Poco después de mudarse, comenzaron a notar que el agua tenía un olor inusual, lo que los llevó a invertir miles de dólares en un sistema de descalificación y filtración de agua por ósmosis inversa.

Poco después, la pareja hizo analizar el agua como parte del proyecto de CR, tomando muestras del agua antes de filtrarla. Los resultados fueron alarmantes: altos niveles no solo de PFAS (32.8 ppt) [partes por trillón por sus siglas en inglés], sino también de arsénico, con 3.3 ppb [partes por billón por sus siglas en inglés]. "Tenemos una casa preciosa", dice Sandy Phillips, "pero el agua es terrible". 

Bill Brown, director general del Jonah Water Special Utility District, el proveedor de agua de la pareja, dice que "ha cumplido con todas las normas federales y estatales del nivel mínimo de contaminantes para el arsénico y el plomo durante muchos años". Afirma que aunque los resultados de CR estaban en conflicto con sus registros, el distrito de agua lo investigará. No hizo comentarios sobre las PFAS que se encontraron en el agua de los Phillips. 

A principios de la década de 2000, la EPA consideró un límite de arsénico en el agua potable de 3 ppb, antes de establecer 10 ppb como una cantidad que equilibra los costos para los operadores del sistema de agua y reduce los riesgos para la salud. Los científicos de CR han dicho desde hace tiempo que la EPA debería establecer un límite de 3 ppb o inferior, en línea con lo que han pedido otros expertos en salud y grupos de defensa del medio ambiente, como el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC).

Casi todas las muestras que CR analizó tenían niveles medibles de arsénico, incluyendo 10% o cerca de 8%, con niveles entre 3 y 10 ppb. Pruebas anteriores de CR y otras han mostrado niveles elevados en jugos y alimentos para bebés. 

Cientos de sistemas de agua han superado el límite de 10 ppb de la EPA. Y aunque las investigaciones indican que el porcentaje de sistemas que violan la norma ha disminuido con el tiempo, un estudio del NRDC de 2017 encontró que más de 500 sistemas suministraron agua con exceso de arsénico a 1.8 millones de estadounidenses en 2015.

Las investigaciones sugieren que la exposición incluso a niveles bajos de arsénico puede plantear riesgos para la salud a largo plazo. Un estudio de 2014 publicado en la revista Environmental Health encontró una asociación entre el agua con arsénico de 5 ppb o más y una reducción del coeficiente intelectual de 5 a 6 puntos en los niños.

Dos estados, New Hampshire y New Jersey, han reducido su límite de arsénico a 5 ppb, citando las advertencias de los estudios. La propia EPA incluso establece su "nivel máximo de contaminantes" (el nivel por debajo del cual no hay riesgo conocido o esperado para la salud) en cero para el arsénico.

PLOMO

En Texas, los Phillips fueron especialmente afortunados de haber instalado un sistema de filtración porque los resultados de su prueba de agua del grifo sin filtrar mostró altos niveles no solo de arsénico, sino también de plomo, a 5.8 ppb. (Las pruebas de seguimiento de CR del agua filtrada de la pareja mostraron rastros de plomo y niveles de arsénico y PFAS dentro de los límites recomendados por CR).

Los riesgos del plomo y los problemas con la forma en que los servicios de agua hacen las pruebas, se convirtieron en una preocupación nacional cuando estalló la noticia de la crisis del agua en Flint, Michigan, en 2015. Los científicos y la EPA están de acuerdo en que no hay un nivel seguro de exposición al plomo. Pero teniendo en cuenta la viabilidad de lograr niveles más bajos, la EPA dice que las compañías de servicios públicos tienen que tomar medidas significativas para reducir los niveles de plomo, incluyendo sustituir las tuberías de servicio que contienen plomo, solo cuando el 10% de las muestras de los hogares en sus áreas de servicio exceden 15 ppb. 

Los defensores de los consumidores dicen que esas normas de la EPA son problemáticas, una realidad que resalta debido a los resultados de las pruebas del agua que se suministra a un condominio cuyos propietarios son Stephen y Robin Newberg en New Britain, Connecticut. 

Por lo general, el plomo se introduce en el agua potable a través de las tuberías de plomo que alimentan los hogares o en la propia tubería de la casa. Esto subraya la necesidad de realizar más pruebas de agua residencial, incluyendo muestras de muchos más hogares de los que se requieren actualmente, dicen los expertos.

Mientras que el informe anual de calidad del agua para los clientes de New Britain indica que su nivel promedio de plomo es de 6 ppb, los resultados de Newbergs mostraron una concentración de 31.2 ppb, más del doble del nivel de acción de la EPA de 15 ppb. 

Stephen Newberg, antiguo trabajador de correos, dice que bebe agua filtrada y su esposa bebe agua embotellada, por lo que no le preocupa personalmente. Pero este hombre de 66 años forma parte de la junta directiva de su condominio y le preocupa la posibilidad de que el metal pesado esté en el agua de sus vecinos. Tiene previsto plantear este problema en una próxima reunión. Los resultados lo tomaron a él y a su esposa por sorpresa: "El plomo realmente nos sorprendió", dice. 

Ramon Esponda, subdirector de Obras Públicas de New Britain, dice que la ciudad cumple con la normativa de plomo de la EPA, basada en sus pruebas de 2020, que encontraron un nivel promedio de plomo de 2 ppb. Esponda dice que los resultados de una sola muestra pueden verse alterados por nuevas instalaciones, trabajos recientes de plomería y otros factores. Después de la publicación de este artículo, Esponda le dijo a CR que la ciudad volvió a analizar el agua de los Newberg y encontró niveles de plomo de 3 ppb. Los expertos de CR dicen que se sabe que los niveles de plomo varían, pero el hecho de que las pruebas anteriores de los Newberg mostraron niveles altos sigue siendo preocupante.

La instalación de nuevas tuberías de servicio que contienen plomo (tuberías que conectan una tubería principal de agua en una calle con edificios individuales) se prohibió en 1986. Pero se calcula que entre 3 y 6 millones de hogares y empresas en todo el país siguen recibiendo agua a través de tuberías antiguas que contienen plomo, según estimaciones de la EPA. Un número incalculable de hogares tienen instalaciones de plomería hechas con este metal pesado. La exposición puede suponer un riesgo especial para los niños, como la reducción de su coeficiente intelectual y problemas de comportamiento. 

Los resultados de los Newberg fueron los únicos en las pruebas de CR que estaban por encima del nivel de acción de la EPA. Pero casi todas las muestras tenían niveles medibles de plomo, y los expertos en salud subrayan que ninguna cantidad de plomo es segura.

Erik Olson, director estratégico principal de salud y alimentos en el NRDC, dice que los resultados de Newbergs ilustran varios problemas con la forma en que la EPA regula el plomo. Uno de ellos es que los sistemas de agua suelen hacer pruebas de plomo solo una vez cada tres años, y los sistemas más grandes pueden obtener exenciones para hacerlas cada nueve años. Otro es que el tamaño de las muestras suele ser pequeño. 

"Incluso en una ciudad grande es posible que solo se analicen 50 hogares", dice Olson. Se supone que los sistemas deben analizar las casas que tienen tuberías de servicio o tuberías e instalaciones de plomo, pero este requisito también se elude a menudo, dice. "Hay muy poca supervisión y puede que no estén haciendo pruebas en los hogares de mayor riesgo".

Dickerson de CR está de acuerdo en que la EPA debe exigir a los municipios que tomen muchas más muestras de los grifos dentro de los hogares, para proteger mejor a los consumidores. 

En los últimos días del gobierno de Trump, la EPA finalizó los cambios en la regulación del plomo que requeriría pruebas en las escuelas primarias y estableció nuevas normas con respecto a las medidas que los sistemas de agua deben tomar cuando se detecta plomo. 

Pero el NRDC, la NAACP [National Association for the Advancement of Colored People] y otros grupos demandaron recientemente a la EPA, argumentando que esas medidas no iban lo suficientemente lejos, e instaron al gobierno de Biden a mejorarlas. En particular, el NRDC dice que la norma revisada dejaría las tuberías de servicio que contienen plomo donde están durante décadas. 

El portavoz de la EPA, Drinkard, citando el litigio pendiente, dice que la agencia no tiene información adicional que compartir.

LA SOLUCIÓN

Las personas que buscan agua potable más limpia tienen algunas opciones para reducir su exposición a contaminantes peligrosos. (Consulta "Cómo analizar y tratar el agua potable”). Pero los defensores del consumidor dicen que la solución al problema no debería depender de los consumidores. 

"Los estadounidenses no deberían tener que navegar por la burocracia y verse obligados a realizar importantes inversiones para tener acceso al agua potable del grifo", afirma Brian Ronholm, director de política alimentaria de CR. "La aplicación de normas estrictas garantizaría el acceso de todos al agua potable, independientemente del nivel de ingresos". 

La legislación aprobada el año pasado por la Cámara de Representantes habría autorizado $ 22,500 millones para reemplazar las tuberías de servicio que contienen plomo en todo el país, según el NRDC, pero el proyecto de ley murió en el Senado. El NRDC pidió al gobierno de Biden y al Congreso que promulgaran una legislación que exigiera la rápida remoción y reemplazo de las tuberías que contienen plomo. "La única manera de resolver realmente el problema del plomo es eliminarlo del sistema", dice Olson.

El Congreso también se está centrando en las PFAS. En enero, un grupo de trabajo del Congreso instó al gobierno de Biden a tomar medidas inmediatas para hacer frente a la contaminación por PFAS, entre otras cosas, ordenando a la EPA que elimine gradualmente cualquier uso de las sustancias químicas consideradas "no esenciales", que finalice una norma para el PFOA y el PFOS, y que acelere la limpieza. 

La diputada Debbie Dingell, demócrata de Michigan, y miembro del grupo de trabajo, respondió a los resultados de las pruebas de CR, diciendo que demuestran que "no tenemos tiempo que perder en la lucha contra estas sustancias químicas tóxicas". Reiteró su llamado para que se prohíban las PFAS y se designen como peligrosas. "El Congreso debe aprobar mi Ley de Acción de las PFAS y tomar otras medidas concretas para proteger nuestra agua potable, nuestro medio ambiente y nuestra salud pública", afirma Dingell.

CR está de acuerdo en que debe establecerse una norma lo antes posible. "La carga de controlar los contaminantes en el agua potable no debería recaer en los consumidores", dice Ronholm. 

Jim Vaughn de Pittsboro dice que mientras el gobierno y la industria debaten, los residentes de su ciudad tienen que usar agua peligrosa. "La ciudad que tiene a los contaminadores obtiene el agua río arriba, entonces, ¿cuál es su estímulo" para solucionar el problema, dice. “Los que están aguas abajo no tienen poder sobre los que están aguas arriba para obligarlos a hacerlo. Simplemente no creo que sea justo".

Cómo los consumidores se unieron para analizar el agua del grifo de los Estados Unidos

Consumer Reports se asoció con nuestros miembros y lectores de The Guardian US para investigar el agua potable del país. De un grupo de más de 6,000 voluntarios potenciales, los estadistas de CR redujeron el grupo a 120 personas que constituyen una muestra representativa del país y de los sistemas de agua que los abastecen. Esto incluía 12 muestras de cada una de las 10 regiones jurisdiccionales de la Agencia de Protección del Medio Ambiente. Se eligió a los examinadores para que hubiera una mezcla de lugares urbanos y rurales, así como de sistemas de agua pequeños y grandes. Nos interesaba analizar especialmente a las PFAS, sustancias químicas conocidas tanto por sus riesgos para la salud como por su permanencia en el medio ambiente.

Cada participante recibió kits de análisis para PFAS, así como para arsénico, plomo y otros contaminantes, además de un video que mostraba cómo recoger las muestras. Esto incluía la recolección de muestras de agua antes de que pasara por cualquier filtro o sistema de tratamiento que los participantes pudieran tener en sus hogares. Cuando se completaron las pruebas, enviamos a los voluntarios consejos adaptados a sus resultados.

No podemos sacar conclusiones acerca de ningún sistema de agua en concreto, porque solo hay una muestra de cada uno de ellos, pero en conjunto los resultados proporcionan una poderosa versión de los problemas que enfrenta el país en su conjunto.

"Aunque gran parte de las pruebas de CR se llevan a cabo en nuestros laboratorios con nuestros científicos, proyectos como estos necesitan de personas reales", dice el doctor James Dickerson, director científico de CR. "Estamos agradecidos con los lectores que ayudaron y compartieron sus historias con nosotros". Aprende cómo puedes participatar en proyectos futuros.

 

Nota del editor: Este artículo se ha actualizado para incluir los resultados de las pruebas de agua del grifo realizadas por la ciudad de New Britain en la casa de Stephen y Robin Newberg en New Britain, C.T., en respuesta a los hallazgos de CR. Los resultados se recibieron después de la publicación. Este artículo también apareció en la edición de mayo 2021 de la revista Consumer Reports. El reportaje en North Carolina para The Guardian contó con el apoyo de Water Foundation.