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    ¿Deberías reducir la presión de los neumáticos para ganar tracción en la nieve?

    Desviarte de las recomendaciones del fabricante podría hacerte transitar un terreno resbaladizo

    detail of car and tires on road while snowing Photo: Andrii Biletskyi/Getty Images

    Cuando se trata de conducir en invierno, la mayoría de la gente sabe la importancia de unos buenos neumáticos para proporcionar un agarre seguro en el hielo y la nieve. Pero una pregunta que surge a menudo en los meses fríos es si reducir la presión de los neumáticos puede brindarte una tracción aún mejor en la nieve.

    Los todoterreno y los amantes de la playa a veces reducen la presión de inflado para aumentar la superficie del neumático que entra en contacto con la tierra, el lodo y la arena para que el neumático no se hunda en el terreno. (Por supuesto, luego necesitarás volver a inflarlos para conducir con seguridad sobre el pavimento). Este es un truco útil para ciertas situaciones fuera del asfalto a baja velocidad, pero esta estrategia no se traduce bien en la conducción en invierno.

    Cuando se trata de nieve, lo que realmente deseas es que tu neumático se hunda para que llegue a la superficie de la carretera debajo de la capa de nieve y te brinde una mejor tracción. Particularmente con los neumáticos de invierno, los bordes de la banda de rodadura hacen gran parte del trabajo de excavación y mordida que mejora el control. En pocas palabras: mantener los neumáticos a la presión recomendada por el fabricante del vehículo es la mejor opción para tener la tracción en todas las condiciones climáticas.

    Los fabricantes de automóviles diseñan el peso del vehículo en torno a un tamaño de neumático específico para optimizar el contacto con la superficie de la carretera. Reducir la presión de estos también sacrificará algunas capacidades de frenado y manejo, además de perjudicar el ahorro general de combustible y correr el riesgo de que el neumático se separe de la rueda.

    Otra cosa que hay que recordar es que, en temperaturas frías, la presión de los neumáticos bajará por sí sola porque el aire se vuelve más denso. Por lo general, se pierde un PSI (libras por pulgada cuadrada por sus siglas en inglés) por cada caída de temperatura de 10°F. Entonces, si hace 70°F en el otoño y la temperatura promedio en tu área baja de 40 a 50 grados en el invierno, calcula que la presión de los neumáticos baje de 4 a 5 PSI. Ten especialmente en cuenta el impacto que la temperatura tiene en la presión de los neumáticos y ajústalos en consecuencia.

    La conclusión es que siempre debes seguir las recomendaciones de presión del fabricante y recordar comprobar la presión de los neumáticos todos los meses.