Ahora que las violaciones de datos personales ocurren a diario, la piratería informática se ha convertido en el delito que más preocupa a casi el 70% de los consumidores, según una encuesta de Gallup. Es fuente de mucho temor, pero la responsabilidad real que asumen los consumidores por el fraude bancario generalmente es cero, y los fondos robados generalmente se devuelven a la cuenta de la víctima en un lapso de 48 horas como consecuencia de las protecciones al consumidor.

Pero eso no significa que las violaciones de datos personales y los delitos cibernéticos no tengan consecuencias. Después de todo, el costo del fraude es compartido por todos: Cada dólar se traduce en un aumento de tasas de interés y tarifas sobre préstamos y cuentas de depósito. Además, las violaciones de datos frecuentemente exponen contraseñas, números de Seguridad Social, direcciones de correo electrónico y domicilios y otra información sobre cuentas.

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No hay ningún ámbito seguro garantizado. Si pensabas que los bancos eran impenetrables, la violación de datos de JPMorgan Chase probablemente haya destruido ese mito en 2014, cuando ladrones ingresaron a lo más profundo de los servidores del banco más grande de la nación y robaron datos sobre cuentas; entre ellos, los nombres y las direcciones de alrededor de 76 millones de hogares de clientes. "Es más probable que los bancos grandes sean blanco de estafadores que los bancos comunitarios o de tamaño medio", según una encuesta bienal sobre fraude de 2012 de 145 bancos, realizada por la American Bankers Association. Pero según un estudio de 2015 de bancos, instituciones de ahorro y cooperativas de ahorro y crédito realizado por la Oficina de Contraloría General [GAO], los sistemas de seguridad de bancos más grandes "generalmente son más sofisticados y más difíciles de vulnerar". Los bancos y las cooperativas de ahorro y crédito más grandes también se encuentran sujetos a análisis de seguridad y regímenes de supervisión más rigurosos que los más pequeños. El informe de GAO también halló motivos de preocupación entre las cooperativas de ahorro y crédito más pequeñas, muchas de las cuales dependen de otras empresas para la prestación de servicios de datos clave. Las debilidades de seguridad en tales servicios podrían ser fuente de riesgos cibernéticos.

Cómo protegerte
Un banco o una cooperativa de crédito no es el único punto de ingreso posible para los piratas informáticos. También pueden acceder a tus cuentas a través de tu computadora personal, tableta o teléfono inteligente, así que asegúrate de seguir los siguientes protocolos estándar de seguridad:

- Instala y actualiza regularmente software de antivirus en tus dispositivos.

- Nunca hagas clic en hipervínculos (ni respondas a mensajes por correo electrónico) que parecen ser de tu institución financiera si sospechas que son un intento de suplantación de identidad para obtener información para ingresar a tu cuenta, tu número de Seguridad Social, fecha de nacimiento u otra información personal.

- Descarga aplicaciones para teléfonos inteligentes solo de la tienda oficial de aplicaciones de tu teléfono. Generalmente son revisados por Amazon, Apple y Google para detectar fallas de seguridad. Sus medidas no son infalibles, pero esas empresas sí brindan una primera línea de defensa.

- Revisa todos los saldos de tus cuentas de depósito para detectar errores y fraude al menos una vez por mes e informa sobre todo problema detectado dentro de los límites de tiempo establecidos.

- Navega por la red ingresando solo a páginas confiables y evita enlaces a páginas pornográficas, fotos sensuales de celebridades, avisos de pociones milagrosas y otros contenidos tentadores. Frecuentemente te llevan a páginas web que expondrán tu computadora a malware que se descarga automáticamente.

- Utiliza las últimas aplicaciones de seguridad. La seguridad cibernética es una carrera armamentista perpetua entre bancos y piratas informáticos. Pero puedes intentar adelantarte a ellos al adquirir las últimas tecnologías de seguridad no bien aparezcan, generalmente primero en las instituciones financieras más grandes. Busca las tres siguientes:

  • Tarjetas de débito y crédito con chips codificados de EMV. Las llamadas "tarjetas de chip y PIN" tienen un código numérico de identificación personal que brinda mayor seguridad. Si tu banco emite una "tarjeta de chip y firma", exige un PIN.
  • Contraseña de un solo uso (OTP, por sus siglas en inglés) enviada a tu teléfono inteligente. Debes ingresar la OTP para completar una transacción minorista o con tarjeta de débito o crédito en línea. Como es válida para un solo inicio de sesión, es improbable que un pirata informático la consiga. Reconocimiento de huellas dactilares, voz y facial, y otros métodos biométricos para autenticar tu identidad antes de completar operaciones bancarias por dispositivos móviles.