Actualmente cada vez más personas están recibiendo diagnósticos de este cáncer, a pesar de que la cantidad de personas que mueren a causa de él siguen siendo bajos.

Los expertos sugieren que no hay un aumento en la enfermedad pero que los médicos simplemente están detectándola con más frecuencia a través de exámenes de imágenes solicitados por otras razones, como tomografía computarizada de la cabeza o el pecho. "Incluso si no lo estabas buscando, helo ahí, has encontrado un nódulo en la tiroides", comentó el doctor Richard Wender, M.D., director de control de cáncer de la Sociedad Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society).

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Es fácil hacer biopsias de estos nódulos con una aguja, y algunos pueden tener resultados que muestran cáncer. Pero la mayoría de los tumores que se detectan no son agresivos y es poco probable que te hagan daño.

Quién debe realizarse pruebas de detección. No existe ningún examen regular de la tiroides, pero cuando te sometas a un examen médico, el doctor puede examinarte la tiroides palpando la glándula (en la parte frontal de tu cuello, por debajo de la manzana de Adán).

Cuándo necesitas una biopsia. Si tú o tu médico detectan una protuberancia, el médico debe solicitar un ultrasonido y un análisis de sangre para revisar la función de la tiroides. En general, una biopsia es una buena idea cuando un nódulo supera 1 centímetro o crece rápidamente.

Cuando puedes esperar y ver qué pasa. Si los nódulos no alcanzan 1 centímetro y no tienen las características que indican un mayor riesgo de cáncer, habla sobre las estrategias de seguimiento con tu médico. Estas pueden incluir un segundo examen físico, un ultrasonido, o ambos, para asegurarse de que el nódulo no esté creciendo.

Lo que debes saber. La mayoría de las biopsias no detectan cáncer. Pero en ocasiones los resultados pueden no ser concluyentes. En ese caso, pregúntale a tu médico sobre el nuevo examen que busca marcadores genéticos en las células de la tiroides y puede ayudar con el diagnóstico.