Según los datos divulgados el viernes por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) durante la tercera semana de 2018 más de una de cada 10 muertes en los Estados Unidos fue a causa de influenza o neumonía.

La neumonía, o la inflamación de los pulmones causada por una infección, es una complicación frecuente de la influenza que puede resultar en hospitalización y hasta en la muerte.

La directora interina de los CDC Anne Schuchat, M.D., en una conferencia de prensa el 9 de febrero dijo que con la tasa de hospitalización asociada a la influenza llegando a cifras sin precedentes, se espera que las muertes por influenza y neumonía continúen en aumento en las próximas semanas.

Cómo la influenza lleva a la neumonía

La influenza puede causar neumonía de dos maneras. Primero, el virus de la influenza puede infectar los pulmones causando lo que se denomina neumonía viral. Segundo, la influenza debilita el sistema inmunológico y daña el recubrimiento del tracto respiratorio, lo que facilita a ciertas bacterias infectar los pulmones y causar neumonía bacteriana.

Los expertos no están seguros cuál es el porcentaje exacto de personas que les dará influenza y desarrollarán neumonía, en parte porque los síntomas de las dos pueden ser parecidos y no existe una prueba de laboratorio definitiva para la neumonía. Según un análisis las estimaciones del número de pacientes con influenza que desarrollan una infección bacterial, por ejemplo, oscilan de un 2 a un 65%.

Sin embargo, las personas con mayor riesgo de padecer una complicación grave de la influenza incluye a los niños pequeños, mujeres embarazadas y adultos mayores cuyo sistema inmunológico tiende a ser más débil, así como a personas con ciertas condiciones subyacentes como enfermedades pulmonares, enfermedades cardíacas, trastornos sanguíneos (como la anemia falciforme), diabetes, enfermedades inmunosupresoras (como el VIH), o condiciones como el cáncer que requiere fármacos inmunosupresores.

Estos son los pasos para prevenir y diagnosticar la neumonía. 

Vacúnate contra la influenza

La mejor manera de protegerte contra la neumonía asociada a la influenza es evitar la influenza. Los CDC siguen recomendando a las personas vacunarse si todavía no lo han hecho, "aunque sea el final de la temporada", dice Schuchat.

Aunque la vacuna no brinde una completa protección contra la influenza, si disminuye las probabilidades de contraer la enfermedad.

Además, la evidencia sugiere que aunque te dé influenza, la vacuna puede atenuar la gravedad de la enfermedad. Eso, a la vez, significa que tienes menos probabilidades de desarrollar una infección bacteriana secundaria, dice Todd Rice M.D., director médico del área médica de la unidad de cuidados intensivos (ICU) en el centro médico de la universidad de Vanderbilt.

Considera una vacuna neumocócica

La bacteria neumocócica, la cual causa algunos casos de sepsis y meningitis así como neumonía, puede ser la responsable de casi un tercio de las infecciones bacterianas asociadas a la influenza.

En la actualidad hay dos vacunas que son recomendadas para algunos grupos de alto riesgo, como protección contra todos los tipos de enfermedades neumocócicas, incluyendo la neumonía.

La primera, Prevnar 13, protege contra 13 diferentes cepas de la bacteria, mientras que la segunda, Pneumovax 23 protege contra 23 cepas (hay cierto solapamiento entre ambas).

Sin embargo, los adultos saludables menores de 65 años no las necesitan ya que ellos no tienen un alto riesgo para la enfermedad neumocócica.  Según las recomendaciones de los CDC, estas son las personas que sí necesitan la vacuna neumocócica:

Los niños menores de 2 años reciben la vacuna Prevnar como parte de su programa regular de vacunación, esto comenzó en el año 2000. Ellos deben recibir una dosis a los 2, 4 y 6 meses y entre los 12 a 15 meses de edad.

Los adultos mayores de 65 años deben recibir una dosis de cada una de las dos vacunas Prevnar y Pneumovax, con un año de diferencia. Los CDC recomiendan recibir primero la Prevnar, tan pronto cumplas 65 años. (Si primero recibiste la Pneumovax, espera un año para recibir la Prevnar). Si no la recibiste al cumplir los 65 años, pregúntale a tu médico si puedes recibirla ahora; no hay una edad límite para recibir cualquiera de las dos vacunas.

Las personas con una condición de salud subyacente que están entre las edades de 2 a 64 años deben consultar con su médico acerca de cuáles vacunas deben recibir y cuándo. Las recomendaciones varían dependiendo de la edad y de la enfermedad, pero las personas que son más vulnerables a las complicaciones de la influenza a causa de un problema de salud preexistente se pueden beneficiar de la protección agregada de la vacuna.

Sin embargo, ten en cuenta, que estas vacunas no son perfectas, dice Elaine Tuomanen, M.D., especialista en enfermedades infecciosas pediátricas en el hospital de investigación para la niñez St.Jude que estudia las vacunas neumocócicas. Existen casi 100 cepas diferentes conocidas de la bacteria neumocócica, muchas más de las incluidas en las vacunas. Pero es aún importante para las personas vulnerables recibirlas para reducir sus probabilidades de una enfermedad grave.

Reduce tu exposición a la bacteria

Es una buena idea quedarse en casa si tienes influenza para así evitar propagar la infección a otros. Pero quedarte en casa hasta que te sientas bien de nuevo puede también ayudarte a protegerte contra la neumonía, dice Tuomanen. Eso es porque mientras más estés fuera de casa en la comunidad, las posibilidades de exponerte y adquirir la bacteria neumocócica en tus manos y al tocarte la cara son mayores.

La exposición a este patógeno cuando tu sistema inmunológico está debilitado por la influenza, hace más fácil adquirir una infección bacterial. Y aunque siempre debes ser diligente sobre lavarte las manos, esto es porque es muy importante lavarlas con frecuencia cuando te estás recuperando de una influenza.

Debido al daño que causa en tus pulmones, fumar cigarrillos también puede aumentar las probabilidades de desarrollar neumonía.

Conoce las señales y actúa rápido

Las señales de la neumonía bacteriana asociada a la influenza son distintivas, por lo general comenzarás a recuperarte de la influenza y a sentirte mejor, antes de desarrollar fiebre súbitamente y empeorar de nuevo. Según los CDC. si pasa eso, debes consultar con el médico de inmediato o visitar una sala de emergencias. 

La neumonía bacteriana puede a menudo ser tratada con antibióticos.

El retrasar el tratamiento puede aumentar el riesgo de enfermarte gravemente, así que no debes esperar si inesperadamente te comienzas a sentir cada vez peor.

También debes ir a la sala de emergencias si comienzas a tener problemas para respirar, otra señal de emergencia de la neumonía bacteriana o viral.

La neumonía viral puede algunas veces ser difícil de detectar, ya que probablemente no tendrá un período indicador de una mejora temporal. Primero tendrás  un típico caso de influenza, pero en lugar de sentirte mejor después de unos días continuarás sintiéndote cada vez peor, seguirás con fiebre y puedes tener problemas para respirar, dice Almea Matnock, M.D., que se dedica a estudiar la enfermedad neumocócica en los CDC.

Cualquier persona que tenga dudas sobre si tiene o no neumonía debe llamar a su médico inmediatamente y preguntarle si debe ir a su consultorio para ser valorado.

Para los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 65 años, y a cualquiera que tenga un problema de salud subyacente, es particularmente importante llamar al médico tan pronto aparezcan los síntomas. Las personas en estos grupos pueden beneficiarse de los medicamentos antivirales, como Tamiflu (oseltamivir).

Los antivirales pueden disminuir el tiempo y la gravedad de la enfermedad, pero funcionan mejor cuando se comienzan dentro de las 48 horas desde que iniciaron los síntomas. Un médico todavía puede decidir si los receta a cualquiera que esté experimentando una complicación grave de la influenza, no obstante, aún fuera de las primeras 48 horas, dice Rice.


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