máscaras faciales para proteger del coronavirus

Hasta que no haya una vacuna para el coronavirus que causa la enfermedad COVID-19, será importante tomar precauciones para evitar enfermarse. Eso es especialmente importante cuando hay una significativa transmisión en todas las comunidades, como está sucediendo ahora en gran parte de los Estados Unidos.

Cuando las tasas de transmisión son altas, lo más seguro es evitar el contacto con personas externas a tu burbuja social y practicar el distanciamiento social cuando tienes que salir. Pero para muchas personas, eso no siempre es posible. Incluso cuando las tasas de transmisión son lo suficientemente bajas como para que los niños vayan a la escuela o para que tú vayas a la oficina o la tienda, será preferible que uses cierto equipo de protección personal (PPE en inglés). 

La única pieza clave del equipo de protección que todos deben usar en público es una mascarilla, que ayudará a frenar la propagación del virus, dice el doctor Luis Ostrosky, especialista en enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina McGovern en UTHealth en Houston y portavoz de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA).

“No es para nada polémico desde el punto de vista científico”, dice. “No hay duda de que funciona. Es el camino más claro que tenemos para salir de esto”.

Pero si buscas equipo de protección, junto con las mascarillas, verás a la venta guantes y muchos tipos de tapabocas y tapaojos. Consumer Reports consultó a expertos y revisó la evidencia para ver cuándo estos diversos dispositivos de protección pueden ser útiles, y cuándo no valen la pena o incluso son potencialmente dañinos. 

Entender la transmisión

Se necesitan diferentes tipos de equipo de protección en diferentes situaciones. Un viaje rápido a la tienda de comestibles es diferente a pasar un día en una escuela, lo que a su vez es muy distinto a trabajar directamente con pacientes en un hospital.

Los profesionales médicos deben seguir las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Sin embargo, para la vida cotidiana, una persona promedio no necesita vestirse como un médico de urgencias. 

Para entender por qué diferentes niveles de protección se adaptan a diferentes situaciones, es útil comprender cómo se transmite el virus de una persona a otra.

Para que una persona se enferme, las partículas virales deben ingresar a las membranas mucosas de la nariz, la boca o los ojos. Aunque todavía se está investigando cuáles son las formas de transmisión más importantes, hay un consenso creciente de que hay tres posibles formas de infección: las gotitas infecciosas, las superficies contaminadas y, de manera más controvertida, los aerosoles transportados en el aire (partículas diminutas que permanecen suspendidas en el aire).

Si una persona infectada tose o estornuda en el estante de un supermercado, o tose en sus manos y luego toca la manija de una puerta o el botón de un ascensor, otra persona que toque esa superficie contaminada podría infectarse al frotarse los ojos o rascarse la nariz.

Cuando alguien con el virus tose o estornuda puede expulsar gotitas infecciosas más grandes. Cuando las personas gritan, cantan o incluso cuando hablan también pueden expulsarlas. Estas gotitas tienden a caer al suelo dentro de una distancia de 6 pies, aunque la tos o el estornudo pueden hacerlas viajar más lejos.

Hasta hace poco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los CDC atribuían la mayor parte de la transmisión de COVID-19 a esos dos métodos. Y recientemente, los CDC han dicho que el contacto cercano entre las personas es probablemente la principal forma de propagación del coronavirus, siendo los objetos contaminados una “posible” forma de infectarse.

Pero existe un consenso cada vez mayor entre los científicos de que la transmisión del coronavirus por aire también es posible, según una carta dirigida a la OMS y firmada por 239 científicos. Eso aumenta enormemente el riesgo de que las personas puedan contraer el virus en ambientes cerrados, especialmente en áreas con poca ventilación, dice el doctor Jose-Luis Jiménez, profesor de química en la Universidad de Colorado Boulder y firmante de la carta, quien realiza investigaciones sobre las gotitas de aerosol.

El coronavirus es “algo contagioso a través del aire, pero no es tan contagioso como el sarampión”, dice. Si una persona con sarampión entra en una habitación, alguien que ingrese a esa habitación 2 horas después aún podría enfermarse. Con COVID-19, la transmisión parece ser más probable cuando las personas interactúan de manera más directa en ambientes cerrados o respiran el mismo aire interior durante un período prolongado. Esto puede ayudar a explicar algunos eventos de súper propagación, como los de la iglesia, un ensayo del coro y un centro de atención telefónica.

Mientras que la OMS ha tardado en reconocer la transmisión por aire, los expertos en aerosoles como Jiménez están bastante convencidos de que es una forma importante de propagación del virus. “Estamos básicamente seguros de que sucede”, dice. Y eso tiene un efecto en los tipos de equipo que son necesarios. 

Guantes

Como sabemos que es posible contraer el coronavirus al tocar superficies contaminadas, se podría pensar que el uso de guantes sería una buena idea para ayudar a mantener el virus lejos de tus manos. Pero aunque los guantes se recomiendan para trabajadores de la salud, la mayoría de los expertos no los recomiendan para el uso diario, como cuando estás en la tienda.

“Los guantes dan una falsa sensación de seguridad”, dice la doctora Ravina Kullar, especialista en enfermedades infecciosas y epidemióloga en Los Ángeles y portavoz de IDSA. Cuando hacen mandados, las personas a menudo se ponen guantes durante largos períodos, tocan superficies sucias y luego se tocan la cara o el teléfono con los guantes contaminados. En lugar de eso, cuando estás fuera de casa, Kullar recomienda llevar desinfectante para manos a base de alcohol para usarlo cuando no puedes lavarte las manos con jabón.

La Asociación para Profesionales en Control de Infecciones y Epidemiología incluso tiene un documento en PDF llamado "Gloved Hands May Spread Germs” (las manos con guantes pueden esparcir gérmenes), diseñado para explicar las serias limitaciones de los guantes y por qué lavarse las manos con frecuencia es una mejor opción.

Las únicas veces en que las personas pueden querer usar guantes en la vida cotidiana, según los CDC, son cuando están cuidando o limpiando a alguien que está enfermo, y cuando limpian o desinfectan la casa.

Gafas y escudos faciales

Debido a que el coronavirus puede transmitirse a través de grandes gotas infecciosas y, al menos potencialmente, a través de gotitas más pequeñas transportadas en el aire, proteger tus ojos con gafas o un escudo facial puede ayudar a prevenir la infección, tanto en entornos de atención médica como cuando estás en público, según una revisión sistemática de los beneficios del equipo de protección publicada en junio en The Lancet.

Quince de los estudios de esa revisión evaluaron los beneficios de la protección ocular, generalmente junto con una mascarilla, y encontraron que las personas que usaban protección ocular tenían significativamente menos probabilidades de enfermarse.

Pero el tipo de protección ocular correcto puede depender de la situación. Cuando se trata a pacientes enfermos que pueden toser o estornudar y expulsar gotitas, los trabajadores de la salud generalmente usan escudos faciales como parte de su PPE de calidad médica.

Pero los escudos faciales podrían no ser la elección correcta para el público en general, dice Jiménez.

No hay muchas investigaciones públicas sobre la eficacia de los escudos faciales para el público en general, y los CDC actualmente no los recomiendan para el uso diario. La agencia dice que pueden ofrecer un beneficio si el contacto cara a cara sostenido con otra persona es inevitable.

Sin embargo, los escudos faciales o las gafas deben usarse junto con una mascarilla, no como una alternativa a ella; algunos informes preliminares de un departamento de salud suizo encontraron que los trabajadores de hotelería que usaban escudos faciales sin mascarillas se estaban infectando de coronavirus.

Los escudos faciales no ofrecen la mejor protección contra los aerosoles porque el calor de tu cuerpo hace que el aire a tu alrededor se eleve, lo que puede transportar aerosoles infecciosos por debajo de un escudo facial, según Jiménez. Dice, además, que si estás buscando protección ocular contra los aerosoles que permanecen en el aire, las gafas de seguridad pueden ser una mejor opción.

Las gafas pueden ser especialmente útiles si sabes que tendrás que estar cerca de otras personas en ambientes cerrados durante un período prolongado, por ejemplo, para los maestros, dice Jiménez, a pesar de que actualmente los CDC y la OMS no las recomiendan.

Mascarillas

Existe evidencia abrumadora que sugiere que el uso generalizado de las mascarillas por parte del público en general puede ayudar a frenar la propagación de COVID-19, por lo que los CDC, la OMS y los departamentos de salud de todo el mundo recomiendan que las personas que viven en áreas con transmisión comunitaria continua usen tapabocas en público, especialmente cuando el distanciamiento social no es posible.

Un informe de los CDC documenta el caso de dos estilistas en Springfield, Missouri, que interactuaron directamente con 139 clientes mientras estaban infectados con coronavirus. Los estilistas usaban mascarillas (uno utilizaba una mascarilla de tela de dos capas, el otro una mascarilla de tela o una mascarilla quirúrgica) mientras trabajaban con clientes, los cuales también usaban mascarillas durante sus citas (principalmente mascarillas de tela y quirúrgicas). El departamento de salud del condado informó que ninguno de los 139 clientes desarrolló señales o síntomas de COVID-19 durante las siguientes dos semanas, y todos los que se hicieron la prueba tuvieron resultados negativos.

Otro estudio de julio realizado por la revista académica JAMA descubrió que una vez que el sistema hospitalario de Mass General Brigham adoptó una política universal de utilización de mascarillas para pacientes y trabajadores de la salud, los nuevos casos entre los trabajadores de la salud, que habían estado subiendo y duplicándose cada 3.6 días, comenzaron a bajar.

Los estudios indican que el mayor beneficio de usar un tapabocas de tela hecho en casa es que esto ayudará a evitar que propagues el virus a los demás porque las mascarillas reducen las posibilidades de que propagues gotitas y aerosoles infecciosos a las personas que te rodean. Eso es particularmente importante porque un número significativo de personas infectadas de coronavirus no muestran síntomas.

Las mascarillas quirúrgicas y, en particular, las máscaras de grado N95, ofrecen más protección para el usuario que las mascarillas de tela, pero generalmente deben reservarse para el uso de los trabajadores de la salud.

También vale la pena señalar que las mascarillas N95 que tienen una válvula de exhalación no protegen a otras personas de la infección si estás enfermo y no deben usarse cerca de otras personas durante la pandemia.

La OMS recomienda que las personas enfermas y las personas con alto riesgo de complicaciones por coronavirus usen mascarillas quirúrgicas de grado médico, pero en los Estados Unidos, los CDC recomiendan mascarillas de tela para todo el personal no médico. Y aunque usar una mascarilla de tela es lo más importante para proteger a los demás, también puede ofrecerte una protección limitada, dice Jiménez, especialmente si la mascarilla te queda bien, sellando la nariz y la boca tanto como sea posible. (Lee más sobre cómo hacer o elegir una mascarilla de tela).

El 14 de julio, en una editorial en la revista académica JAMA, los CDC pidieron a los estadounidenses que comenzaran a usar mascarillas de manera universal para disminuir el aumento de los casos de coronavirus. Los autores, incluyendo al director de los CDC, el doctor Robert Redfield, escribieron: “En esta coyuntura crítica en la que COVID-19 está resurgiendo, la adopción generalizada de mascarillas de tela es un deber cívico, un pequeño sacrificio que depende de una solución altamente efectiva de baja tecnología que puede ayudar a cambiar favorablemente el rumbo de los esfuerzos nacionales y mundiales contra COVID-19”. 


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