No hubo nada que protegiera a Condon del aumento en el precio que ella experimentó. Eso se debe a que para Medicare y los planes de salud comerciales, ningún organismo gubernamental, incluyendo la Comisión Federal de Comercio, la Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) y los Centros para Servicios de Medicare y Medicaid, tiene reglas o leyes que dicten o restrinjan el precio que una compañía farmacéutica puede fijar para un medicamento. Y en la mayoría de los casos, no hay nada que ponga un límite a cuánto una compañía puede aumentar ese precio. A continuación, te presentamos un ejemplo: el año pasado, el mismo día que Valeant Pharmaceuticals adquirió los derechos de un medicamento para el corazón que salva vidas, Isuprel (isoproterenol) y el medicamento para la presión arterial Nitropress (nitroprusiato), la compañía elevó los precios. Una sola dosis de Isuprel aumentó de $180 a $1,472 y el precio de Nitropress subió de $215 a $1,346. La compañía también adquirió Cuprimine (penicilamina), un medicamento que se utiliza para tratar la enfermedad de Wilson, un trastorno genético poco común, y aumentó su precio de $8.88 a $262 por cápsula. En los 3 casos, los medicamentos no tenían equivalentes genéricos, así que Valeant pudo acorralar el mercado con una base ya integrada de clientes.

"Valeant aumentó el precio de estos medicamentos después de realizar un análisis de su valor real", indica la representante de la compañía, Laurie Little.

más información

Estos enormes aumentos han atraído la atención del Congreso, ya que el gobierno de Estados Unidos es el mayor comprador de medicamentos en el país para programas que incluyen Medicare y Medicaid, así como para los veteranos y el ejército. Gastar más dinero en medicamentos debido a los aumentos en los precios puede significar que se está utilizando más dinero de los contribuyentes de lo que se presupuestó originalmente, algo que el Congreso debe controlar. El otoño pasado, las senadoras Susan Collins, republicana de Maine y Claire McCaskill, demócrata de Missouri, lanzaron una investigación a gran escala sobre los aumentos repentinos y agresivos de los precios por parte de 4 compañías farmacéuticas, incluyendo a Turing y Valeant, y les solicitaron a las compañías que entregaran documentación que justificara los aumentos. Y a principios de este año, el congresista Cummings realizó una audiencia parlamentaria similar, divulgando una pila de memorandos internos dirigidos al público, los que detallaban los objetivos en ganancias que las compañías como Turing intentaban alcanzar al establecer los aumentos en los precios.

Stephen Lederer, un portavoz de Turing, dijo que los precios de la compañía para Daraprim "reflejaban su valor clínico". Él subraya que la compañía también financió programas de acceso, de manera que los copagos del seguro médico de una persona fueran de $10 y que proporcionaron el medicamento sin costo alguno a algunos pacientes desfavorecidos.

Las manipulaciones de los precios no se limitan a las pequeñas firmas farmacéuticas: Las principales firmas recogieron $25.6 mil millones (brutos) adicionales en 2015 simplemente al aumentar los precios de sus medicamentos de marca, de acuerdo con un informe reciente de IMS. La firma calcula que la cifra aumentará a $155 mil millones durante los próximos 5 años.

¿Cómo explican las compañías farmacéuticas los altos precios y los aumentos en los precios? Dice Campbell en nombre de PhRMA: "Existen muchos factores que contribuyen al precio de un medicamento". Estos incluyen los "méritos clínicos" del medicamento (qué tan bien funciona), indica Campbell y, si reduce otros costos de la atención médica, por ejemplo, como disminuir la necesidad de una cirugía u otros tipos de cuidados médicos.

Pero hay otras consideraciones que pueden contribuir a la manera en que se determina el valor de un medicamento. Por ejemplo, en el Reino Unido, una junta de asesoramiento centralizada calcula el valor de un medicamento tomando en cuenta la eficacia, la seguridad y los beneficios totales de un medicamento para el sistema de atención médica y para la sociedad en general. En Estados Unidos no existe una junta de asesoramiento central como esta; en su lugar, dejamos que esa determinación la tome la industria.

Campbell de PhRMA añade que el precio que una compañía farmacéutica establece, también toma en cuenta los gastos que conlleva la investigación y el desarrollo del producto. Además, "los ingresos de los medicamentos exitosos comercialmente se vuelven a invertir en investigación para la próxima generación de tratamientos". Ella menciona los datos de una encuesta reciente realizada entre las compañías afiliadas de PhRMA con la que se descubrió que las compañías invirtieron $58.8 mil millones en investigación y desarrollo en 2015, hasta un 10.3% más que lo que invirteron el año anterior.

Pero los contribuyentes estadounidenses ya tienen una carga sustancial de esos costos. Aproximadamente 38% de toda la investigación científica básica se paga con dinero de impuestos, a través de los gobiernos federales y estatales, de acuerdo con un estudio de 2015 publicado en el Journal of the American Medical Association.

Además de todo, las compañías farmacéuticas podrían gastar hasta el doble o más de lo que invierten para la investigación y el desarrollo, en comercializar y promover sus productos, incluyendo hacer publicidad. Eso según un nuevo análisis publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine en marzo de 2016. Dice el Dr. Wayne Riley, M.D., presidente anterior inmediato del Colegio Estadounidense de Médicos (American College of Physicians, ACP), uno de los grupos médicos más grande en Estados Unidos que es la organización que realizó la revisión: "Las compañías farmacéuticas pueden poner precio a los medicamentos a voluntad, y la verdad, no está claro en qué se basa ese precio".

De hecho, parecería que los gastos que las compañías farmacéuticas necesitan recuperar con precios más altos se deben, al menos parcialmente, a cuánto gastan en la publicidad directa al consumidor. Nuestra revisión de los informes anuales de 2015 de 10 de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo, reveló que todas gastan más en costos de mercadeo y administración que en investigación y desarrollo. Idealmente, una compañía farmacéutica gastará una parte sustancial de sus ingresos en investigación y desarrollo en busca de nuevos descubrimientos, para encontrar nuevos tratamientos médicos y curas. Descubrimos que los gigantes de las compañías farmacéuticas, Johnson & Johnson y Pfizer, gastaron aproximadamente 13% y 16% en investigación y desarrollo, respectivamente. Al mismo tiempo, ambas compañías gastaron aproximadamente 30% de los ingresos en ventas, mercadeo y gastos administrativos.

La industria farmacéutica no sigue las mismas reglas del juego que ningún otro mercado, en donde los precios exorbitantes disuaden a los clientes, dice el Dr. Kevin Riggs, M.D., un investigador de Johns Hopkins University que se enfoca en los costos de la atención médica. "Una compañía farmacéutica puede aumentar el precio de un producto muchas veces y las personas aún lo comprarían porque lo necesitan", menciona él. "Al final del día, ellos cobran en gran medida lo que el mercado esté dispuesto a pagar, y para un medicamento que salvará una vida, eso es mucho".