El aumento de los denominados medicamentos especializados que son súper costosos, es una nueva amenaza. Algunos ejemplos incluyen los medicamentos para la hepatitis C, Sovaldi ($84,000 por un de tratamiento que dura 12 semanas) y Harvoni (hasta $95,000) que usualmente está dirigido a pequeños grupos de pacientes con afecciones menos comunes. Pero sus precios astronómicos están aumentando los costos generales para el sistema de atención médica. De acuerdo con un informe reciente del Servicio de Investigación del Congreso (Congressional Research Service), actualmente los medicamentos especializados representan menos del 1% de las recetas médicas en EE.UU., pero representan aproximadamente un tercio del total del gasto en medicamentos por parte de los consumidores, los empleadores y el gobierno, los cuales compran medicamentos. Y a medida que las compañías farmacéuticas hacen grandes inversiones en esos productos altamente rentables, el IMS calcula que para el año 2020 es probable que los medicamentos muy costosos constituyan un fragmento mucho más grande del gasto en medicamentos.

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Más de la mitad de los 56 medicamentos aprobados por la FDA en 2015 fueron medicamentos especializados. Y actualmente, más de 900 medicamentos biológicos están en desarrollo, según PhRMA. "Todos estamos emocionados con las nuevas tecnologías, pero no está completamente claro de qué manera nosotros como sociedad pagaremos esto", dice Kevin Schulman, M.D., un profesor de medicina y administración de empresas en Duke University, donde también es director del Centro de Economía Clínica y Genética (Center for Clinical and Genetic Economics) y director asociado del Instituto de Investigación Clínica de Duke.

Una cosa es indiscutible: Los costos para los consumidores aumentarán. La mayoría de los planes con receta médica de Medicare requieren que los pacientes paguen un tercio o más de los costos de los medicamentos especializados. Y los consumidores aún enfrentan deducibles y primas de seguro más altas, dice Eyles de AHIP. "El dramático crecimiento en esta parte del mercado es insostenible", indicó. "Los planes de salud sencillamente no pueden absorber esos costos indefinidamente sin hacer ajustes a las primas y a los beneficios".

Lamentablemente, no siempre podemos contar con que la competencia entre las compañías farmacéuticas hará que los precios bajen, dice Riggs de Johns Hopkins. Muchos medicamentos especializados son biológicos, medicamentos que empiezan como un organismo vivo derivado de animales o humanos, o bien, de microorganismos como las bacterias o la levadura. Eso hace que sea mucho más difícil copiarlos que los medicamentos convencionales.

Hasta la fecha, la FDA ha aprobado solo 2 medicamentos "biosimilares", esencialmente versiones de componentes biológicos existentes. Incluso mientras esos medicamentos entran al mercado, dice Riggs que él duda que los medicamentos biosimilares reduzcan los precios de manera sustancial. Las estimaciones predicen reducciones de un 20% a un 40% en los precios, en comparación con aproximadamente 80% en el caso de los genéricos tradicionales.

Los médicos y los precios de los medicamentos: cómo ponerle fin al silencio

Parece que todos están hablando acerca de los altos costos de los medicamentos —con amigos, con la familia, en los medios sociales— pero en donde esas conversaciones no ocurren con suficiente frecuencia es en el consultorio del médico. A pesar del evidente caos causado por los altos costos de los medicamentos, solo el 6% de las personas que participaron en nuestra encuesta a los consumidores y que actualmente toman un medicamento de venta con receta, se enteraron del costo de su nuevo medicamento de venta con receta durante una cita con el médico, cuando el médico estaba redactando la receta médica. De hecho, el 63% no se enteraron del precio del medicamento hasta que estaban frente al mostrador de la farmacia.

Cuando se habló sobre los costos, fueron los pacientes los que lo mencionaron primero. En nuestra encuesta, de las personas que hablaron con su médico acerca de los costos (25%), la mayoría nos indicó que fueron ellos los que iniciaron la conversación, no su médico. Y los médicos indican lo mismo: Nuestra encuesta de abril de 2016 realizada a 200 médicos internistas reveló que una mayoría indicó que, en una semana normal, ellos hablaron de los costos de los medicamentos y la capacidad de pago solo con 2.6 de cada 10 pacientes.

"La capacidad para pagar el medicamento puede tener un enorme efecto en el cumplimiento por parte del paciente de las indicaciones de su médico", indica el jefe de asesores médicos de Consumer Reports, el Dr. Marvin M. Lipman, M.D. "Si no hay alternativas menos costosas, el médico debe negociar con la compañía aseguradora o con el fabricante del medicamento en nombre del paciente". Y tomando en cuenta que los médicos recetaron un estimado de 4.4 mil millones de medicamentos el año pasado, no hablar sobre la capacidad de pago del paciente puede ser un descuido muy costoso.

Algunos médicos mencionaron en nuestra encuesta que ellos intentan ayudar a los pacientes a reducir sus costos recetándoles medicamentos genéricos o cambiándoles la receta por una alternativa menos costosa. Sin embargo, aunque la mayoría de los médicos indicaron que les preocupa la capacidad de pago de sus pacientes, en lo que se refiere al tratamiento, ellos eran más propensos a tener en cuenta la eficacia y la seguridad, lo que sugiere una renuencia de parte de los médicos a tener conversaciones más sustanciales con los pacientes acerca de los costos de los medicamentos.

Al reconocer la presión financiera que afecta a los consumidores de Estados Unidos, el Colegio Estadounidense de Médicos (American College of Physicians, ACP), el segundo grupo de médicos más grande del país, publicó en marzo pasado un documento detallado con recomendaciones, tomando una medida inusual al profundizar en el debate de los precios, ya que los médicos se dan cuenta cada vez más que los costos de los medicamentos eclipsan otras preocupaciones de salud para los pacientes, dice el antiguo presidente de ACP, el Dr. Wayne Riley, M.D. "La industria farmacéutica debe ser más receptiva a este problema o habrá peticiones más enérgicas de muchas personas para pedir una transparencia obligada, controles de los precios y más regulación".