Para echar un vistazo a la complicada relación de los Estados Unidos con el agua potable (embotellada y de la llave), piensa en la ciudad de Hudson, Massachusetts, a 40 millas al oeste de Boston. En la primavera, los residentes tuvieron que lidiar con las consecuencias de las pruebas de rutina del agua. Encontraron sustancias químicas en el agua del grifo (o de la llave) conocidas como sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas o PFAS. Estos compuestos se han relacionado con el cáncer, retrasos en el desarrollo en los niños, disminución de la fertilidad y otros problemas de salud.

En respuesta, los funcionarios de Hudson comenzaron a distribuir cajas gratuitas de agua embotellada a los residentes, y pensaron que tenían suficientes para que duraran unas 8 semanas, mientras se abordaba el problema de la contaminación del agua. Pero la demanda fue tan grande, con filas que a veces salían del estacionamiento donde se distribuía el agua, que el suministro se acabó en menos de un mes.

El aumento en el agua embotellada
Mira cuánto consume el estadounidense promedio de las bebidas embotelladas no alcohólicas más populares en el país.
Bebidas gaseosas
Agua embotellada
Bebidas de fruta
Leche
Fuente: Beverage Marketing Corporation DrinkTell Database.
Gráfico: Andy Bergmann

Cuando los residentes llegaron un día de mayo al lugar de la donación en la ciudad fueron recibidos por un letrero que decía: "El programa de agua embotellada ha sido suspendido". Al hablar sobre la situación, Thomas Moses, el principal funcionario administrativo de la ciudad, dijo: "Hay mucho pánico por el agua [de la llave], con razón".

Después de varios meses, el agua de la llave de la ciudad fue tratada eficazmente para eliminar las PFAS. Pero el clamor entre los residentes de Hudson por agua embotellada subraya una creencia más amplia entre los consumidores de que el agua en botella es más segura que la que sale del grifo.

En algunos casos, como en Hudson, eso es cierto. Pero una investigación de Consumer Reports reveló que la información sobre la calidad del agua embotellada es difícil de encontrar, la supervisión de la industria es inconsistente y, al igual que con el agua de la llave, parte del agua embotellada puede estar contaminada.

Como evidencia, puedes analizar a Spring Hill Dairy Farm, una compañía a 40 millas al norte de Hudson en Ward Hill, Massachusetts. Hasta hace poco, proveía agua a varias marcas de agua embotellada, incluyendo el Agua de Manantial 365 de Whole Foods y el Agua de Manantial de Ice Canyon, que se vende en CVS. Pero en agosto, cuando Hudson resolvía su crisis sobre el agua, Spring Hill cerró su negocio de agua embotellada después de que las pruebas encontraron sustancias químicas PFAS en su agua de manantial. (El agua embotellada que Hudson proporcionó a los residentes era de una marca diferente).

Impulsada en parte por las preocupaciones sobre la calidad del agua de la llave de la nación, no solo en Hudson sino también en Flint, Michigan, y Newark, NJ, donde las crisis de contaminación por plomo han generado titulares nacionales, el agua embotellada se ha convertido en la bebida número uno del país, con un consumo promedio de 42 galones en 2018. Y las ventas alcanzaron los $31,000 millones en el mismo año.

La creciente popularidad del agua en botella se debe en parte a su conveniencia, pero también a la percepción de que es agua de mayor calidad. El 40% de los estadounidenses cree que el agua embotellada es más segura que el agua del grifo, según una encuesta de 2019 de Consumer Reports realizada a 4,225 adultos estadounidenses.

Esa es una percepción alentada por la industria del agua embotellada, aunque dependa de los suministros municipales. Casi el 64% del agua en botella que se vende en los Estados Unidos es agua de la llave filtrada, según un informe de 2018 del grupo de defensa Food & Water Watch. Por ejemplo, a principios de este año, Cott, que vende varias marcas de agua, dijo a los inversionistas: "Tenemos la intención de captar nuevos clientes a medida que capitalizamos las tendencias favorables de los consumidores", incluyendo las "preocupaciones sobre el deterioro de la calidad del agua municipal".

Pero incluso cuando las ventas de agua embotellada han aumentado, la calidad del agua de la llave en general no parece estar empeorando. Desde 2013, el porcentaje de la población de los Estados Unidos que recibe servicios de sistemas comunitarios de agua con al menos una violación de calidad basada en la salud, se ha mantenido por debajo del 10%, según los datos más recientes de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), que regula el agua del grifo. Estos sistemas proporcionan agua a más del 90% de los estadounidenses, según la EPA. "Estados Unidos proporciona una de las fuentes de agua potable más seguras del mundo", dijo un portavoz de la agencia.

Sin duda, la gran mayoría del agua en botella que se vende hoy en día también parece ser segura. Pero en general no es necesariamente mejor que el agua de la llave y hay algunas razones para preocuparse, según la investigación de CR.

En respuesta, Jill Culora, vicepresidente de comunicaciones de la Asociación Internacional de Agua Embotellada (IBWA), un grupo comercial, dijo que muchos estadounidenses beben tanto agua en botella como agua de la llave y deciden "qué tipo de agua es mejor para ellos", basándose en el sabor, la conveniencia y la calidad.

Durante el último año, CR ha entrevistado a más de 50 expertos y reguladores estatales y federales, y ha acumulado miles de páginas de presentaciones regulatorias, demandas, quejas de consumidores y documentos gubernamentales obtenidos a través de solicitudes de la Ley de Libertad de Información (FOIA). La investigación de CR muestra que las inspecciones de seguridad de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que regula el agua embotellada, en las instalaciones de embotellado del agua han disminuido en los últimos 15 años.

Un portavoz de la FDA dijo que la agencia toma "acción inmediata" cuando obtiene evidencia de que un producto representa un riesgo para la salud, y agregó que las regulaciones federales aseguran que el agua embotellada sea "segura, sana y etiquetada con la verdad".

Pero aunque la FDA requiere que las compañías prueben la calidad de sus productos, la agencia generalmente no realiza sus propias pruebas. Y las compañías no están obligadas a poner los resultados de sus pruebas a disposición del público, y a menudo no lo hacen. CR pudo obtener informes de solo 133 marcas de agua embotellada, apenas la mitad de las que se identificaron.

Además, cuando las pruebas son realizadas por organizaciones independientes pueden surgir problemas. Por ejemplo, las pruebas al azar de CR de 3 productos de agua embotellada en abril de 2019 ayudaron a que una marca (Peñafiel, que pertenece a Keurig Dr Pepper) sacara del mercado su agua mineral sin sabor después de que se encontraron altos niveles de arsénico, un metal pesado potencialmente peligroso. 

La IBWA dijo que la industria está sujeta a una supervisión rigurosa. "Aunque las compañías de agua embotellada se esfuerzan por fabricar productos seguros y de alta calidad, ha habido casos en que los productos no cumplían con los estándares de la FDA", dijo la asociación. "Cuando eso ha ocurrido, las compañías de agua embotellada han tomado las medidas apropiadas para garantizar la seguridad de los consumidores".

CR también encontró que la decisión de cuál agua usar como agua potable principal depende del lugar donde se vive, el estado del suministro municipal y las tuberías de cada hogar.

Y la solución a largo plazo no es que más estadounidenses recurran al agua embotellada, sino que se arregle la infraestructura de agua del país, según los defensores del agua. La EPA dijo que durante los próximos 20 años, reparar y mantener los depósitos, plantas de tratamiento y tuberías del país costaría alrededor de $24,000 millones anuales, $7,000 millones menos de lo que los estadounidenses gastaron en agua embotellada el año pasado.

"El agua embotellada no es un sustituto aceptable", dijo Mary Grant, directora de la Campaña Pública de Agua para Todos de Food & Water Watch. "Necesitamos construir sistemas resistentes de agua".

Fuentes: Beverage Marketing Corporation y Environmental Protection Agency

El destino del agua pública

La gran mayoría de los estadounidenses parece tener acceso al agua potable, pero algunas comunidades se enfrentan a problemas reales. En Hudson, por ejemplo, el administrador de la ciudad, Thomas Moses, explicó el dilema que tienen las comunidades como la suya. Si bien la EPA actualmente ofrece orientación voluntaria sobre las sustancias químicas PFAS (dos de las más comunes deben mantenerse por debajo de 70 partes por billón o 70 ppb), actualmente no existe un límite obligatorio federal.

Sin normas federales, los estados y los municipios pueden decidir por sí mismos si buscan las sustancias químicas y qué hacer si las encuentran. Hudson, por ejemplo, comenzó a realizar pruebas de sustancias PFAS en 2016 y descubrió niveles alarmantes a principios de este año.

Es más fácil para los proveedores públicos de agua tratar los contaminantes que han establecido límites, dijo Moses. Pero las amenazas emergentes como las PFAS siempre aparecerán. "En el próximo año, los próximos dos años, la próxima década, será otra cosa", indicó.

La preocupación entre los residentes de Hudson sobre el suministro de agua de la ciudad refleja un punto de vista común en los Estados Unidos. En algunos lugares, la infraestructura del agua parece estar en un punto de ruptura, y algunos legisladores buscan $35,000 millones adicionales al año para mantenerla.

La falta de inversión es generalizada. Las escuelas públicas de Detroit cerraron toda el agua potable el año pasado debido a los altos niveles de cobre y plomo. Una ciudad en West Virginia ha recomendado hervir el agua desde 2002 porque su sistema está en mal estado. Y algunos estadounidenses viven sin agua corriente. En el 2018, casi 340,000 hogares en los Estados Unidos no tenían acceso a agua corriente, según un análisis de CR de los registros del censo federal.

Además, el 34% de los estadounidenses, ó 110 millones de personas, dijeron que regularmente evitan beber agua de la llave de su casa debido a preocupaciones de seguridad, según una encuesta reciente de CR. Aproximadamente una sexta parte dijo que no bebe en absoluto agua del grifo de su casa.

Parte del problema podría ser la falta de información. Bajo las regulaciones de la EPA, las personas en los sistemas comunitarios de agua deben recibir una copia anual del Informe de Confianza del Consumidor (CCR), que explica la calidad de su suministro de agua de la llave. Pero más de 5,000 sistemas de este tipo fueron citados recientemente por violar esa regla, según datos de la EPA. Casi el 80% de las personas que tienen agua municipal dijeron que nunca han recibido un CCR, y el 60% nunca ha oído hablar de él, según la encuesta de CR.

Reducción del uso del plástico

A solo 20 millas de Hudson, la ciudad de Concord, de 17,000 habitantes, ha tenido una experiencia diferente con el agua embotellada. Hace varios años se convirtió en la primera comunidad de los Estados Unidos en prohibir la venta de botellas de agua de plástico desechables. Al presentar su caso, los partidarios enfatizaron el costo ambiental de los miles de millones de botellas que los estadounidenses tiran cada año, así como la larga historia de agua potable y segura de la ciudad.

Aún así, los partidarios tardaron más de tres años en convencer a los residentes de Concord de que apoyaran la prohibición. “Nos enfrentamos a 30 años de comercialización por parte de una industria” con recursos interminables, dijo Jill Appel, una residente de Concord que ayudó en el esfuerzo.

A medida que se extienden las preocupaciones por el daño ambiental causado por las botellas de agua de plástico, la industria está respondiendo en parte al comenzar a envasar el agua en cajas de cartón, por ejemplo. De hecho, en Concord ahora se puede compra agua en dichos contenedores.

La guerra contra el agua de la llave

Incluso hace un cuarto de siglo, comprar agua en cualquier tipo de botella hubiera parecido "ridículo", dijo James Salzman, profesor de derecho ambiental de la Universidad de California en Los Ángeles y autor del libro Drinking Water: A History (Harry N. Abrams, 2012).

Con el tiempo, el agua embotellada llegó a considerarse elegante, dijo Salzman, en parte debido al respaldo de las celebridades. (Esta tendencia continúa: en el último año, Dwayne Johnson y Gwyneth Paltrow, entre otros, se han asociado con marcas de agua embotellada).

Pero no fue sino hasta 1990, cuando Nestlé introdujo la conveniencia de la botella PET desechable, que el agua embotellada se hizo popular entre el público, según Bottled and Sold (Island Press, 2010), un libro de Peter Gleick, cofundador del Pacific Institute, un grupo medioambiental. Durante la década siguiente, el crecimiento del agua embotellada también se vio estimulado por los esfuerzos de la industria para aumentar la pureza de su nuevo producto.

En 1999, los consumidores que navegaban por el sitio web de la IBWA pudieron haber visto esta pregunta: "¿Contiene el agua embotellada alguna sustancia química dañina que pueda representar una amenaza para la salud humana?" La respuesta de la IBWA fue: "No". Pero los registros federales muestran que en la década de 1990 hubo alrededor de 50 retiros del mercado de agua embotellada por exceso de cloro, moho y coliformes fecales. La IBWA todavía defiende su declaración, diciendo que se pretendía que fuera de “naturaleza general" y que muchos de los retiros del mercado no representaron “ningún riesgo significativo para la salud".

Sin embargo, pruebas independientes en ese momento encontraron contaminación del agua. Un estudio realizado en 1999 por el Consejo Nacional de Defensa de los Recursos a más de 100 marcas reveló que casi 1 de cada 4 violaba los límites de California para el arsénico u otros compuestos cancerígenos. Y las pruebas de CR realizadas en el 2000 encontraron muestras iguales o superiores al límite de arsénico de 10 ppb, un estándar que terminó en 2005.

La postura adversaria de la industria hacia el agua de la llave se intensificó a partir de ahí, una tendencia documentada en el libro de Gleick. "En ese momento", dijo Gleick a CR, "hubo una campaña muy explícita para demonizar el agua de la llave". Citó a Robert Morrison, quien pronto sería presidente de la División de Bebidas y Alimentos de Norteamérica de Pepsi, diciendo en el 2000: "El mayor enemigo es el agua de la llave… simplemente tiene su uso. Creemos que [el agua de la llave] es buena para el riego y la cocina".

Al año siguiente, Coca-Cola, que vende Dasani, generó polémica después de que se reveló que la compañía trabajaba con los restaurantes Olive Garden en una campaña llamada "H2NO" para impulsar las bebidas lucrativas en lugar del agua del grifo. (Es de notar que Coca-Cola usa el agua pública como su fuente principal para Dasani).

Los embotelladores continuaron atacando al agua de la llave, como en un anuncio de Fiji de 2006 que Gleick también abordó en su libro: "La etiqueta dice Fiji porque no está embotellada en Cleveland". Funcionarios de Cleveland probaron posteriormente el agua pública de la ciudad, así como una botella de Fiji, y descubrieron que el agua de Fiji contenía arsénico mientras que su agua no. (Según informes, Fiji dijo que era solo una broma).

Desde entonces, la industria ha intentado reducir la retórica contra el agua de la llave, enmarcando el agua embotellada como una alternativa saludable a las bebidas azucaradas. Pero incluso ahora, los registros muestran que las embotelladoras ven el deterioro de la infraestructura pública del agua de la nación en el contexto de sus perspectivas comerciales.

La impresión sobre la seguridad del agua
El porcentaje de personas que piensa que el agua embotellada es más segura que el agua del grifo.



Gasto mensual en agua embotellada
La cantidad mediana gastada cada mes en agua embotellada, por hogar.
Fuente: Consumer Reports encuesta nacional representativa de CR de 4,225 estadounidenses. Nota: Las categorías de raza (blanco, negro y asiático) incluyen solo a los encuestados de etnia no hispana y excluye a quienes se identifican como más de una raza.

Algunos, como Coca-Cola y Pepsi, han dicho en declaraciones públicas que los problemas de calidad del agua de la llave podrían afectar sus ganancias al poner en peligro la seguridad de un ingrediente principal para sus negocios.

Otros ven los problemas del agua del grifo como una ventaja potencial. A principios de este año, Primo Water, que produce agua embotellada purificada que puede llenarse en dispensadores de autoservicio, escribió en un informe de la Comisión de Bolsa y Valores: "Creemos que el mercado de agua purificada sigue creciendo debido a la evolución de las preferencias de sabor, los beneficios percibidos para la salud y las preocupaciones con respecto a la calidad del agua de la llave municipal".

Maria Mullen, vicepresidenta de experiencia del consumidor de Primo Water, dijo que muchos consumidores eligen el agua embotellada como una alternativa a las bebidas azucaradas y que la compañía "no está tratando de convertir en enemigos a los municipios". Más bien, está "reaccionando" al mercado. "Debes tener la cabeza bajo tierra si no te das cuenta de que hay problemas crecientes relacionados con la calidad del agua de la llave municipal", dijo Mullen.

En Hudson, el administrador de la ciudad, Moses, dijo que incluso con los resultados de las pruebas que muestran que el agua del grifo de Hudson es segura, algunos residentes simplemente no pueden ser persuadidos de beberla. "El agua que producimos cumple con todas las regulaciones y avisos de salud actuales", dijo. "Entonces, eso es todo lo que puedes decir".

La brecha de información sobre el agua

Por lo general, los reguladores gubernamentales no analizan el agua embotellada ellos mismos, y los fabricantes de agua en botella no están obligados a publicar los resultados de sus propias pruebas. Así que en los últimos meses, CR ha reunido un repositorio de informes de pruebas de marcas de agua embotellada. Al final, identificamos 236 de esas marcas, pero solo pudimos obtener informes de 133 de ellas, o el 56%, ya sea desde su sitio web o poniéndonos en contacto directamente con el fabricante.

La información sobre la seguridad del agua de la llave también es limitada. Por ejemplo, la EPA no regula los pozos privados que suministran agua al 14% de los estadounidenses, según la encuesta de CR. Y para algunos contaminantes, especialmente el plomo, las pruebas de la EPA proporcionan solo una muestra representativa de la calidad de cada sistema, no de lo que sale del grifo de cada hogar.

Poco más del 7% de los sistemas comunitarios de agua regulados por la EPA tuvieron al menos un caso de violación de un estándar basado en la salud, según datos recientes de la EPA. Esto incluye exceder el límite de contaminación del agua potable.

Cuando se trata de agua embotellada, las cifras exactas pueden ser aún más difíciles de obtener. Pero la realidad es que existe contaminación en el agua embotellada. Es difícil que los consumidores se enteren de eso.

La revisión de CR de los informes de pruebas de la calidad del agua, que recopilamos de compañías y agencias reguladoras, combinada con nuestras pruebas puntuales de aguas embotelladas, reveló que el 6% de las marcas tenían un contaminante que excedía los límites estatales o federales.

CR también contactó a los 50 estados sobre sus requerimientos de agua embotellada, y 32 respondieron. De estos, solo 14 dijeron que requieren que los embotelladores notifiquen inmediatamente a los reguladores sobre los resultados de las pruebas que muestran un exceso de contaminantes.

Cuando se documentan casos de contaminación, los reguladores pueden ser lentos para responder. La laxitud en la aplicación de la ley contribuye a situaciones como el retraso de dos meses de Keurig Dr. Pepper a principios de este año en sacar a Peñafiel del mercado, incluso después de que la compañía suspendiera temporalmente la producción tras las pruebas realizadas por CR, que demostraron que el arsénico era casi el doble del límite legal.

Y la información sobre este tipo de problemas no siempre se comparte ampliamente. Por ejemplo, Starkey Water (propiedad de Whole Foods), retiró su agua embotellada dos veces en 2016 y 2017 debido a los altos niveles de arsénico. Pero ninguno de los dos casos aparece en la revisión de CR de los archivos de la compañía y de los comunicados de prensa de la FDA. (Las pruebas de CR de la primavera pasada revelaron que Starkey todavía tiene cerca de 9 ppb de arsénico, apenas por debajo del límite federal de 10 ppb. Starkey dijo anteriormente que prueba cada ciclo de producción de agua antes de venderla y que "nunca venderá productos que no cumplan con los requisitos de la FDA").

Los reguladores de Nueva Jersey también han encontrado agua embotellada con antimonio (un metal pesado potencialmente dañino) cinco veces por encima del límite federal; arsénico al doble del límite y radio (un metal radiactivo), pero ninguno de estos resultados parece haber sido ampliamente publicitado. Massachusetts publicó un enlace en su sitio web sobre la reciente contaminación del agua embotellada de Spring Hill con PFAS, pero no pareció alertar a los consumidores.

Los nuevos contaminantes, como las PFAS, plantean problemas particulares de notificación, ya que los reguladores intentan ponerse al día. Michigan, que ha estado lidiando con PFAS en el agua de la llave en algunas comunidades, imploró a la IBWA el otoño pasado que exigiera a sus miembros a que comenzaran a analizar las sustancias químicas del agua. El representante del estado dijo, en una carta obtenida a través de una solicitud de FOIA, que mantuvo conversaciones con embotelladores no identificados y que la contaminación por PFAS no parecía ser un problema. Pero, agregó la carta, "esa afirmación solo es cierta para esos embotelladores específicos".

La IBWA dijo que ahora requiere que los miembros realicen pruebas de PFAS, pero este grupo comercial no representa a todos los embotelladores. Spring Hill, por ejemplo, no es miembro.

En comparación, la supervisión del agua del grifo es más estandarizada y rigurosa, dijo Gleick del Pacific Institute. Por ejemplo, cuando un sistema comunitario de agua descubre un nivel de un contaminante que potencialmente representa una amenaza inmediata para la salud, debe notificar a los reguladores en un plazo de 24 horas. Esa es una de las razones por las que la contaminación del agua de la llave es una nota muy común en los noticieros nocturnos.

"Ya hay mucha atención en los medios de comunicación sobre las veces que tenemos problemas con nuestro sistema de agua de la llave", dijo Gleick. "Creo que las compañías de agua embotellada entienden que no tienen que hacer eso".

El futuro del agua potable

De cara al futuro, hay dos cosas que parecen ciertas: El mercado del agua embotellada continuará creciendo y el agua embotellada no es una solución a largo plazo para el problema de agua potable de la nación. "Si no invertimos en nuestra infraestructura de agua, vamos a tener más personas con agua de la llave que no pueden beberla", dijo Patty Lovera, subdirectora de Food & Water Watch. Su grupo apoya la Ley de Asequibilidad, Transparencia, Equidad y Confiabilidad del Agua (WATER) de 2019, ahora en el Congreso. La ley aumentaría a $35,000 millones el financiamiento para mejorar el agua potable y las aguas residuales.

Otro punto importante: Los sistemas comunitarios de agua deben garantizar que las personas a las que sirven reciban informes anuales de la calidad del agua que sean fáciles de entender. En la encuesta de CR, una cuarta parte de las personas con agua municipal que intentaron conocer la calidad del agua local dijeron que no podían encontrar la información. Los organizadores de la prohibición de botellas desechables de agua en Concord dicen que los municipios con agua potable segura pueden y deben asegurarse de que sus residentes lo sepan.

Las comunidades con suministros de agua potable podrían considerar la posibilidad de facilitar a las personas que se desplazan rellenar sus propias botellas de agua. Eso es lo que hizo Concord, y hoy en día la ciudad tiene una sólida red de negocios que proporciona agua de la llave gratuita a cualquiera que entre y la pida.

La experiencia de Hudson sugiere que abordar los problemas con el agua del grifo también funciona. La ciudad invirtió en un nuevo sistema de filtración capaz de eliminar las PFAS. Y las pruebas realizadas en agosto pasado no detectaron ninguna sustancia PFAS en el agua de la ciudad.

Para los hogares, se dispone de una serie de filtros que eliminan sustancias tóxicas, como el plomo. Se pueden instalar opciones más caras, como los sistemas de ósmosis inversa, y se pueden realizar pruebas profesionales del agua por tan solo $20. Los departamentos de salud estatales o locales también podrían ofrecer kits de análisis de agua gratuitos.

Si deseas beber agua embotellada o tienes que depender de ella por cualquier motivo, comunícate con el embotellador para obtener una copia de su informe de calidad más reciente. Estos resultados son de la propia empresa, pero brindan cierta tranquilidad.

El consejo de la IBWA: No compres productos de ninguna compañía que no comparta su informe sobre la calidad del agua.

Nota del editor: Este artículo también apareció en la edición de noviembre de 2019 de la revista Consumer Reports.


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