Cómo mantener las sobras de tus comidas festivas deliciosas y de forma segura
Haz más duradero tu banquete de Acción de Gracias y en tus comidas diarias
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Para algunas personas, las sobras del Día de Acción de Gracias son tan especiales como la comida principal, tal vez incluso más. Y no es sólo porque comerlas prolongue las festividades. Algunos alimentos simplemente saben mejor aproximadamente un día después de su preparación. Las reacciones químicas que no se detienen después de cocinar los alimentos pueden ayudar a profundizar y desarrollar aún más los sabores, lo que ayuda a que las sobras a veces sean incluso más atractivas de lo que eran originalmente, según el Instituto de Tecnología de Alimentos.
Pero los restos de comida también pueden suponer un peligro. Durante una comida festiva ajetreada, es posible que los alimentos se dejen afuera durante más tiempo del que realmente es seguro y, en las prisas por limpiar, es probable que no siempre se almacenen adecuadamente. Además, en el bullicio de fiesta, podría ser que la gente no piense en cuánto tiempo dura realmente en buen estado la comida. No es raro que las personas cometan errores importantes al almacenar alimentos, según una encuesta publicada en la revista Foods. Estos incluyen dejar los alimentos fuera del refrigerador por demasiado tiempo antes de guardarlos, o comerlos después de que deberían haberse desechado.
Noviembre y diciembre son los meses con mayor incidencia de intoxicación alimentaria causada por la bacteria Clostridium perfringens, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Llamado “el germen de la cafetería”, crece en alimentos cocinados como el pavo y la carne de res mantenidos a temperatura ambiente.
Pero es posible mantener casi todas las sobras sabrosas y seguras para comer durante al menos unos días. Y la mayor parte se puede congelar si no se come todo en ese tiempo.
El truco está en hacerlo bien. Un almacenamiento deficiente puede provocar restos poco sabrosos, pero diferentes tipos de alimentos requieren un tratamiento distinto para que sean seguros. A continuación, te mostramos todo lo que necesitas saber.
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Considera las sobras que quedan
¿Eres del tipo de personas que se come un sándwich de pavo grande el día después de Acción de Gracias y luego rápidamente te cansas de las sobras? ¿O te encanta alargar la fiesta el mayor tiempo posible?
“Piensa en la cantidad de comida que terminaste tirando el año pasado”, dice Amy Keating, dietista registrada y nutricionista de Consumer Reports. “El desperdicio de alimentos es un gran problema en este país todos los días, pero especialmente en Acción de Gracias”. Los estadounidenses desecharán 320 millones de libras de comida - aproximadamente 550 millones de dólares - en los días festivos de este ano, según ReFed, un grupo sin fines de lucro que se enfoca en prevenir el desperdicio de los alimentos.
Probablemente no necesitarás la cantidad de comida que piensas, especialmente el pavo. Aproximadamente el 40% de los alimentos que se desechan en el Día de Acción de Gracias es pavo, según ReFed. Y no todos en la mesa van a tomar una porción de cada guarnición que prepares, explica Keating.
“Es posible que necesites más cantidad de los acompañamientos más populares, como relleno o puré de papas, para servir a todos, pero por lo demás, cuenta con que aproximadamente solo la mitad de las personas en tu mesa comerán de todos los acompañamientos”, añade. La calculadora Guest-timator del NRDC puede ayudarte a calcular cuánta comida necesitas, teniendo en cuenta durante cuánto tiempo estás dispuesto a comer las sobras.
Mientras preparas la cena de este año, Keating también sugiere que tomes nota de lo que serviste, cuántas personas había allí y cuánta comida quedó. “Guarda las notas donde guardas tus recetas de Acción de Gracias”, aconseja Keating. “Serán útiles el año que viene”.
Piensa por adelantado
Si decides de antemano qué te gustaría hacer con las sobras, puedes minimizar el desperdicio. Podrías preparar una guarnición de arroz para las fiestas que combine bien con un trozo de pollo o pescado más adelante en la semana. Y puedes aprovechar el pavo que sobró haciendo una sopa. Una búsqueda rápida en internet te mostrará una gran cantidad de recetas que te ayudarán a aprovechar lo que ya tienes en casa.
Revisa tus gabinetes
¿También organizaste un gran Día de Acción de Gracias el año pasado? Revisa tus gabinetes para asegurarte de que no te hayan sobrado latas de calabaza o arándanos, que probablemente aún estarían buenas. Según el Departamento de Agricultura, muchos alimentos enlatados pueden almacenarse entre dos y cinco años, y los alimentos de alta acidez (como los jugos, los tomates o los encurtidos) duran entre 12 y 18 meses enlatados. (Sin embargo, las latas abolladas o hinchadas deben desecharse, ya que podrían no ser seguras.)
Sigue la regla de las 2 horas
En una encuesta del USDA, casi el 80% de los encuestados dijeron que dejaban enfriar las sobras antes de refrigerarlas. Puede parecer práctico esperar hasta que la comida no esté muy caliente para guardarla en tu nevera, pero es una mala idea. Eso la deja en lo que se conoce como la zona de temperatura peligrosa, entre 40°F y 140°F, donde las bacterias pueden prosperar. Las sobras deben refrigerarse dentro de las 2 horas posteriores a la cocción, como máximo, independientemente de su temperatura. (Y tu refrigerador debe estar configurado a 40°F o menos; CR recomienda 37°F).
Las carcasas de pavo en particular no deben quedar fuera. Un pavo entero tarda mucho en enfriarse y su interior cálido y húmedo es el caldo de cultivo perfecto para las bacterias. Sin embargo, no pongas el pavo entero en el refrigerador. Puedes guardar las alas o las piernas con el hueso, pero corta la carne de la pechuga.
“El tiempo en la zona de peligro es acumulativo”, dice la doctora Elizabeth Andress, PhD, y profesora emérita y especialista en seguridad alimentaria de la Universidad de Georgia y ex directora del Centro Nacional para la Preservación de Alimentos en el Hogar. Incluso si la comida se deja fuera solo 5 o 10 minutos cada vez, una vez que esos minutos suman un total de 2 horas en la zona, tirarla no es un desperdicio: te protege de una posible intoxicación alimentaria.
No sobreestimes cuánto tiempo duran las sobras
De tres a cuatro días en el refrigerador: ese es el máximo para alimentos cocinados, expone el doctor James E. Rogers, PhD, y director de investigación y pruebas de seguridad alimentaria de Consumer Reports. “Eso significa que no hay sándwiches de pavo para una semana”, dice. Después de ese tiempo, su sabor y seguridad pueden verse afectados.
Si crees que no podrás consumir todo durante ese tiempo, puedes congelar muchos de los alimentos típicos de las fiestas, incluido el pavo cocido. Se conservarán bien entre dos y seis meses. Según Andress, otros platillos que se congelan bien son el relleno (o aderezo), el guisado de ejotes, y la cazuela de camote.
Congelar los alimentos puede hacer que las cebollas, los pimientos y el apio en los platillos de verduras queden un poco más blandos de lo habitual, señala. “Las verduras con crema pueden perder sabor, por lo que es mejor congelarlas por períodos cortos de tiempo.” Además, explica, los platillos que contienen crema o salsas a base de sopa cremosa pueden separarse y volverse un poco aguados al descongelarse, aunque seguirán siendo comestibles. Ten en cuenta que, por seguridad, la mayoría de las sobras congeladas deben recalentarse completamente a por lo menos 165 °F antes de comerlas, según los CDC.
No es necesario decidir de inmediato qué congelar: puedes hacerlo en cualquier momento dentro del plazo de cuatro días. Si un alimento es seguro para comer, también es seguro para congelar, afirma Andress. Sin embargo, los alimentos que se congelan después de haber estado un tiempo en el refrigerador pueden no tener el mismo sabor que si se hubieran congelado antes.
Envuélvelo todo bien
Ya sea que guardes las sobras en el refrigerador o en el congelador, divídelas en porciones de una o dos raciones, aproximadamente lo que usarías para una comida, y guárdalas en recipientes poco profundos y con tapa. También puedes considerar el uso de bolsas de silicón para almacenar alimentos, que ocupan menos espacio. Guardar porciones pequeñas en varios recipientes ayuda a que las sobras se enfríen más rápido, facilita el recalentado y evita que tengas que descongelar más de lo necesario.
“Usa materiales de envoltura herméticos y resistentes a la humedad, como papel de aluminio grueso, papel para congelar o bolsas especiales para congelador” dice Andress. Haz todo lo posible por eliminar el exceso de aire del empaque. “El aire alrededor de los alimentos en el congelador es enemigo de la calidad”, afirma. “Provoca que los alimentos se resequen y pierdan sabor más rápidamente. En algunas frutas y verduras de color claro, el aire retenido también puede causar que se oscurezcan mientras se congelan y durante la descongelación.”
No refrigeres cada pastel
Si planeas comer pasteles de frutas, como de manzana o de cereza, en los próximos días, puedes guardarlos en la encimera.
Pero los pasteles con relleno que contengan lácteos o huevos (como el de calabaza) deben refrigerarse. Y para cualquier pastel, si no planeas servirlo en los próximos días, está bien congelarlo. Solo ten en cuenta que las natillas y el merengue no se congelan bien, por lo que será mejor que te comas ese postre.
Omite el paso de descongelar
No es necesario descongelar por motivos de seguridad y Andress explica que a veces puede ser mejor en términos de calidad si no lo haces. “Es mejor recalentar las verduras naturales o recién condimentadas sin descongelarlas”, dice. “Tampoco es mejor descongelar muchos otros platos que se van a calentar o cocinar primero. Estos incluyen guisos, rellenos/aderezos, frijoles horneados y lasaña”, agrega.
Cuando quieras descongelar las sobras, no las coloques en la encimera; descongélalas en el refrigerador. Para hacerlo más rápido, puedes colocar los alimentos en una bolsa con cierre hermético y sumergirlos en un recipiente con agua fría. Cambia el agua cada media hora. Y, por último, puedes utilizar un microondas siguiendo las instrucciones de descongelación del manual del propietario.
Usa el microondas con cuidado
El calentamiento en un microondas no siempre es uniforme, lo que significa que no todas las partes de lo que estás recalentando pueden calentarse lo suficiente como para matar las bacterias. Foodsafety.gov recomienda agregar un poco de líquido y colocar la comida en un recipiente apto para microondas con tapa para generar vapor. También sugiere rotar la comida (si tu microondas no lo hace) y luego dejarla reposar durante varios minutos antes de servir para permitir que el calor se distribuya por todas partes. Usar un termómetro para alimentos en varios lugares también te ayudará a asegurarte de que todo se recaliente completa y uniformemente. Y no recalientes el pavo en el microondas; puede secarse. Utiliza el fuego de la cocina y caliéntalo con un poco de caldo o salsa.
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